lunes, 11 de febrero de 2013

Diario de historias que ya no te contaré a ti.

Lunes 11 de febrero.

Hoy es mi primer día sin Él a la fuerza. Así es, me estoy desintoxicando de su existencia y no me esta resultando nada fácil.

Ya había decidido vivir sin Él alguna que otra vez en el pasado, pero porque así lo sentía entonces. Ahora, después de haber recurrido a Él de nuevo vuelvo a des recurrir porque tengo y no porque quiero.

Hoy la soledad se ha apoderado de mi como un abrazo a mala leche, y me está haciendo mucho daño. Joder, tan malo puede ser a veces algo como una luz? Una luz de felicidad y desahogo en el suceder de los monótonos días. 

Pues si. Lo es.

Es un anzuelo. Que te engancha y te va matando poco a poco.
Es comodidad, seguridad, apoyo, un tirar para adelante de cada día. 
Puede llenarte y destruirte a la vez, cuando sientes cosas tan grandes que no te permiten zanjarlo con una amistad, y a la vez, cosas tan insuficientes como para no re- dar el paso al siguiente escalón.

Entonces te estancas, no avanzas, y te apoyas en lo que tienes. Conformismo puro. Comodidad absoluta.


Pero yo... si. Hoy me he aburrido mucho.  He hecho lo mismo de siempre pero parece que al contárselo a Él pasa a ser lo más divertido del mundo en un segundo, en lo que tarda una carcajada mutua.

Me hubiese gustado decirle que hoy ha sido el día más difícil con Diana, que se ha quemado en la bañera y ha gritado como una loca, que se ha caído de cabeza y casi romper el parqué, que hemos jugado con la nieve y esta arrastraba consigo los más tiernos momentos, que he hecho espaguetis con verduritas y me encantaría poder hacérselos y que le encantasen, que he conocido un grupo genial de música llamado "The Dells" que... le "molarían un capazo", y que las mamás de Diana están muy contentas conmigo y me han dado las dos semanas de vacaciones que le dije que pasaría con Él... y, no me ha hecho la menor ilusión haberlas conseguido.

Ya no está el momento diario en el que cada uno dejábamos lo normalmente poco que estábamos haciendo para escuchar nuestro día, solo eso. Escuchar atentamente el uno al otro, y, aunque al principio de conocerle no era así, con los años ha resultado ser mucho mejor escuchador que yo. 




Pero bueno, al fin y al cabo solo es el día uno de mi propio proyecto hombre, o más bien proyecto de desapego de Él. Calificación: suspenso.

Ojalá sueñe con Él, con que lo escucho y me escucha. 
Con que lo achucho y me achucha... 



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