miércoles, 27 de febrero de 2013

Los olvidados.

En mi celda acolchada tienen mi cabeza vendada,
me espera una sesión de electroshocks para que recupere la razón.

En mi camisa de fuerza escucho hablar tras la puerta.
Los médicos preparan la poción es una dosis superior, si por favor.

Lo sé es horrible el sabor pero ya verás te sentirás mejor. 
Perdón, no me presente, soy la paciente de la celda tres.

En la pista de baile danzamos canciones en braille
aquí los locos lo pasamos bien con un aguijón en nuestra sien.

Siento calambres hermosos en mi sistema nervioso,
nada de esto me hace efecto ya, ya que no consigo olvidar.

Dime por qué estas aquí que recuerdo quieres extinguir.
Te van a lobotimizar, la enfermera empieza a conspirar.

No te puedo olvidar 
lo siento no te puedo olvidar.
Aunque lo nuestro se acabó 
brillará como una estrella que murió.


Mentí, yo no te olvidé y sé que esto me va a enloquecer.
Soy yo el intenso fulgor que ya no ves porque alguien lo apagó...

Lost.

Me han robado la mitad de mi alma.
No se qué hacer sin ella...
Esperaré a que llegue la calma
Si es que algún día llega.

Entre tanto seguiré perdida
soñando con que me la devuelva
con que me bese y me de la vida
con que se pierda entre mis piernas.


WIO

Oigo radios clandestinas en un cocktail agradable de noticias, menos las tuyas...

Y sé. si acerco el odio no va a aparecer el mar.

¿Lo ves? Tan sólo aquel ruido que aceptamos por verdad. ¿Lo ves?
Si somos dos islas en un mar que es gris ciudad. 
¿Y quién? ¿Quién de los dos se atreverá a hablar?


Y si el ruido es todo lo que se, un ruido que hasta el silencio ve, 

huyamos hoy antes de las diez, si huimos hoy, no enloqueceré...

VER: http://entretenimiento.terra.es/musica/,5a5b4f165181d310VgnVCM4000009bcceb0aRCRD.html

miércoles, 20 de febrero de 2013

Diecinueve días y quinientas noches.

Parece que llevo una eternidad sin tener noticias suyas, y no hace más de un mes que estuvo aquí, conmigo. Y tan solo una semana que decidimos, a fuerza de querernos un poco a nosotros mismos, atar nuestras puntas de los dedos a hilos rojos, infranqueables con el tiempo.

Paralelamente, parece que nunca se fue de aquí. Noto su presencia en cada uno de mis días y en cada uno de mis pensamientos. Como si hubiera dejado una pequeña -o grande- parte de Él aquí, conmigo. Esperando a que lo llame para contarle como ha ido mi día, o para tomar una fondue con champiñones y pasear por los adoquines con la luna enorme, soplando el frío de la noche con el calor de un abrazo. O vistiendo nuestra piel helada de besos de puzzle. O... simplemente compartiendo. Compartiéndolo todo!

Ahí se encuentra un noventa por ciento de mi felicidad, compartiendo cada una de mis cosas con Él. Los paseos, el frío, la cama, una película, el postre, un baño de espuma o una ducha rápida con un calentador atrofiado, los espaguetis mágicos, un pensamiento bonito, o un sueño horrible, los abrazos en la estación de autobús, los ojos chinos por el sol en primavera, mi cámara de fotos, los bolsillos de mi abrigo en invierno, mi auricular derecho, la toalla de la playa y la mitad del bocadillo,  mis jerseys de chico, las miradas de complicidad, el asiento de al lado del tren, los chicles de menta, mis por qués, mis canciones bonitas, mis mensajes de alcohólica, mi paraguas, mi vida...

Pero también, echo de menos, me hacen falta, sus manos en mi espalda, el asiento de atrás de la bici de su hermana, los robos nocturnos de comida en casa de sus padres, el otro billete de viaje, la butaca consecutiva del cine, la mitad de su sonrisa, sus dedos suaves por mis brazos, sus patatas deluxe, sus jerseys de chico, sus calcetines maullados, su auricular izquierdo, su otro cojín granate, la parte de atrás del río con encanto, sus canciones a las que no hacía caso, sus proyectos de arquitectura, las mañanas sin permiso en su casa, el piso de Ct, Cartagena en general y todo lo que ello conlleva, sus pesadillas, sus noches de borrachera que acababan en recogida a casa juntos, su pijama de batman, los pantalones de baloncesto de su padre, Andalucía, que me toque la guitarra y cantemos juntos, sus juegos de los sims, su nieve en la almohada, sus sorpresas que le pillo, dejarme elegir a mi siempre, los mejores conciertos de mi vida, su cámara de fotos tanto tiempo, sus lágrimas de felicidad cuando reconoce mi felicidad, eres mi termo, mi gran escuchador, el que mejor entiende a esta loca.

Eres... en fin. 

TÚ, eres.

jueves, 14 de febrero de 2013

Nuvole bianche de Ludovico Einaudi.

Un regalo.


Día tres.

Esta mañana no me ha quedado más remedio que hacer de mujer de la limpieza. Me la he pasado entera recogiendo los trozos de mi buena intención que se me han caído de una palmada en la espada y han dejado el suelo lleno de mierda.

No se en qué momento olvido todo lo que hizo que me alejase (y lo que lo sigue haciendo), y me echo todo el peso a mi espalda haciéndome sentir el ser más inmundo jamás contado. Así como un tiranosaurio rex de las relaciones.

Pero hoy ese peso ha hecho "crack" y ha reventado. Le he odiado tanto que me he dado miedo, y me he alegrado también. Pues así cuesta menos pasar sin Él los días no...? Mamón...


Pero...

    Pero...

       Pero luego he escuchado Copenhague...

          He comido esos cereales que comimos juntos...
    
             He tocado la guitarra sin Él, sin sus lecciones y sin su
 
                 mandíbula torcida... Y nada me llena igual. Y esto es un

                      completo descenso bipolar.  Definitivamente: suspenso.

martes, 12 de febrero de 2013

Día dos.

Querido diario sustituto: sigo suspensa.

Es más, fíjate si sigo suspensa que en vez de avanzar he retrocedido. Pues hoy no me ha bastado solo con la ansiedad que me provoca mi anhelo hacia Él, sino que para hundirme más en el pozo me he he dedicado a repasar cuidadosamente cada una de nuestras fotos.

Eso no es un paso atrás, es una zancada. En esas fotos relucen sonrisas de lo más felices y miradas de lo más compenetradas. Qué días aquellos que vivimos eh! Ahora las veo y el añoro me provoca una tristeza tan punzante...


Mi madre me contó que cuando lo dejó con mi padre tiró todas sus fotos a la basura y el resto las quemó. Yo siempre había pensado que ese tipo de cosas las hace la gente por odio. Por rabia e ira, como yo hice con las fotos de mi mejor amiga cuando iba a tercero de primaria (supongo que lo de la piromanía es hereditaria, como cundo quemaba las hormigas en la casa del pueblo). Pero con el tiempo me he dado cuenta de que no es solo por esas razones, pues algo como una fotografía puede ser reflejo del recuerdo más verdadero y sin duda el reflejo más falso del mundo entero.

Hay fotos que te traen recuerdos de lo más puros y sinceros. Otras, te hacen recordar un falso momento de felicidad suprema que hace que odies todo lo que tienes por volver a esa escena, pero si te paras por un instante a recordar bien, aunque te quemen los pensamientos, hay trasfondos de lo más feos y dolorosos detrás de la aparente completa felicidad.

Yo no quemaré ni borraré nuestras fotografías, pues son uno de mis más preciados tesoros. Pero a partir de hoy procuraré ver las dos caras de un recuerdo y no dejarme llevar hacia Ti de nuevo por ansiar el pasado. Pues quién sabe lo que nos puede ofrecer el futuro, y la cantidad de imágenes que tiene preparadas para nosotros!

Pero yo...hoy me he aburrido mucho, no le he contado que ya existe ese aparato que le dije que inventaría para poder besarnos cibernéticamente en la maldita distancia, que pienso que Robin y Tedd van a volver juntos por muy diferentes que sean, que hoy un chico ha hecho una ardilla gigante con la nieve alucinante, pero que pienso que Él podría hacerla mejor aunque lo suyo sea la arena, que ya siempre solo por dentro y muchas más cosas insignificantes.



Ojalá sea feliz. Tanto como lo ha sido conmigo, pero esta vez sin mi.

Yo estoy en ello.

lunes, 11 de febrero de 2013

Diario de historias que ya no te contaré a ti.

Lunes 11 de febrero.

Hoy es mi primer día sin Él a la fuerza. Así es, me estoy desintoxicando de su existencia y no me esta resultando nada fácil.

Ya había decidido vivir sin Él alguna que otra vez en el pasado, pero porque así lo sentía entonces. Ahora, después de haber recurrido a Él de nuevo vuelvo a des recurrir porque tengo y no porque quiero.

Hoy la soledad se ha apoderado de mi como un abrazo a mala leche, y me está haciendo mucho daño. Joder, tan malo puede ser a veces algo como una luz? Una luz de felicidad y desahogo en el suceder de los monótonos días. 

Pues si. Lo es.

Es un anzuelo. Que te engancha y te va matando poco a poco.
Es comodidad, seguridad, apoyo, un tirar para adelante de cada día. 
Puede llenarte y destruirte a la vez, cuando sientes cosas tan grandes que no te permiten zanjarlo con una amistad, y a la vez, cosas tan insuficientes como para no re- dar el paso al siguiente escalón.

Entonces te estancas, no avanzas, y te apoyas en lo que tienes. Conformismo puro. Comodidad absoluta.


Pero yo... si. Hoy me he aburrido mucho.  He hecho lo mismo de siempre pero parece que al contárselo a Él pasa a ser lo más divertido del mundo en un segundo, en lo que tarda una carcajada mutua.

Me hubiese gustado decirle que hoy ha sido el día más difícil con Diana, que se ha quemado en la bañera y ha gritado como una loca, que se ha caído de cabeza y casi romper el parqué, que hemos jugado con la nieve y esta arrastraba consigo los más tiernos momentos, que he hecho espaguetis con verduritas y me encantaría poder hacérselos y que le encantasen, que he conocido un grupo genial de música llamado "The Dells" que... le "molarían un capazo", y que las mamás de Diana están muy contentas conmigo y me han dado las dos semanas de vacaciones que le dije que pasaría con Él... y, no me ha hecho la menor ilusión haberlas conseguido.

Ya no está el momento diario en el que cada uno dejábamos lo normalmente poco que estábamos haciendo para escuchar nuestro día, solo eso. Escuchar atentamente el uno al otro, y, aunque al principio de conocerle no era así, con los años ha resultado ser mucho mejor escuchador que yo. 




Pero bueno, al fin y al cabo solo es el día uno de mi propio proyecto hombre, o más bien proyecto de desapego de Él. Calificación: suspenso.

Ojalá sueñe con Él, con que lo escucho y me escucha. 
Con que lo achucho y me achucha...